¿Cómo cuidar realmente el suelo?

El experto Miguel Taboada afirma que es necesaria una cobertura todo el año, hacer agricultura por ambientes y velar por la reposición de nutrientes

El estado de los suelos es un tema siempre presente y de continua preocupación entre productores y asesores agrícolas.

De acuerdo con algunas mediciones no se reponen los nutrientes que se extraen en cada campaña, pero al mismo tiempo se innova continuamente en técnicas de manejo que mejora la conservación de la humead, carbono y materia orgánica.

Este tema será el eje del evento que se desarrollará el sábado 9 de diciembre llamado “Sembrar Futuro: prácticas agrícolas sostenibles para el cuidado de suelos”, que está organizado por Gestión Argentina, empresa que desarrolla negocios sostenibles y administradora del primer fondo de inversión agropecuaria en medir la huella de carbono.

Además de analizar la cuestión y compartir conocimientos entre disertantes y asistentes, lo recaudado tendrá fines benéficos: el dinero se va a destinar al Alvear Football Club y a la Escuela Rural de Ogilvie Nro. 6243, ubicada en Vera, Santa Fe.

En el evento disertará un especialista de larga trayectoria en el INTA, Miguel Taboada, voz autorizada y muy respetada en el tema, que charló con Bichos de Campo sobre los problemas que tiene la producción agropecuaria para reducir el impacto climático y destacó además las cosas que se están haciendo bien.

“Las nuevas tendencias en producción sustentable son las que van acompasadas con la reducción de emisiones de carbono que tiendan a ser carbono neutral y para ello los suelos debe retener, secuestrar carbono”, afirmó Taboada.

Para ello es necesario un correcto cuidado de los suelos y en tal sentido el especialista consideró que “con la siembra directa solamente no alcanza, la rotación soja-maíz no es suficiente, hay que tratar de hacer cultivos de invierno o de cobertura que permitan hacer fotosíntesis todo el año y que así los suelos recuperen carbono”.

Además indicó que es necesario utilizar los insumos de forma adecuada para lo cual “es necesario ir a una agricultura de precisión y por ambientes, para separarlos de diferentes productividades. Por otro, hay que tener máquinas de dosificación variables para agregar insumos en las cantidades y los lugares que se deban”.

Taboada dijo que si bien en gran parte de los campos alquilados persiste la tendencia a hacer una agricultura de verano, en los campos que son trabajados por sus propietarios se aplican más estas estrategias que permiten “incrementar la productividad, expresar mejores rindes en mejores ambientes y una mejor conservación de humedad y que hace que no caigan los resultados productivos en los años más secos”.

Taboada dijo que las prácticas no amigables con el ambiente son las que tiendan a tener los suelos desprotegidos y que, por lo tanto, puedan ser erosionados y así perder su materia orgánica y humedad.

Cabe recordar que la ganadería perdió 12 millones de hectáreas a manos de la agricultura. Donde había pasto todo el año luego hubo cultivos solo en determinados momentos “y esto redujo la biodiversidad”, que colabora con la producción de materia orgánica.

Taboada luego criticó al laboreo: “Volver al arado es un error. Esto corta el ciclo virtuoso de acumulación de carbono en los suelos y en su calidad. Hay campos que están sembrados todo el año con cultivos de invierno o de cobertura y luego lo de verano en los cuales ya no hace falta el uso de glifosato”.

La siembra continua, acompañada de estudios de suelos y reposición adecuada de nutrientes, evita el surgimiento de malezas. “No se usa el glifosato porque aparecen solo algunas malezas invernales que sirven incluso como alimento para la hacienda que entra al restrojo”, sostuvo.

En tal sentido indicó que en la región pampeana hay zonas donde persiste la erosión porque no se hacen las rotaciones adecuadas y que en los campos bajos “hay episodios de salinización que pueden ser fomentados por tener suelos descubiertos”.

Con relación a los nutrientes dijo que “haciendo una generalización de la región pampeana vemos que hay deficiencias de nutrientes, de nitrógeno, fósforo y azufre que hace alta reponer. También en algunas regiones falta potasio, calcio, magnesio y zinc que lleva a una acidificación de los suelos”.

Por Nicolas Razzetti, publicado en Bichos de Campo el 6 de diciembre de 2023.

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