La campaña 2018/2019 del Fideicomiso GestionAr superó las expectativas y cerró con excelentes resultados en ambos negocios. El negocio agrícola rindió 65% -más de 5% en USD-, y el ganadero 48%, números récord para el sector productivo que, en un entorno de gran incertidumbre y volatilidad, lograron hacer frente al dólar y a las tasas financieras.
Sin lugar a dudas, la campaña 18/19 fue un año complejo, con grandes altibajos políticos, económicos y financieros, mucha heterogeneidad en variables de precios y costos, y alta incertidumbre. Al inicio de campaña (1 agosto 2018) la expectativa inflacionaria era del 20%, el dólar valía $28 y los plazos fijos, que ya se consideraban “por las nubes”, estaban en 32,5%.
Afortunadamente, los años de experiencia hacen que ya estemos acostumbrados a lidiar con estos escenarios y, como siempre, la actividad productiva da satisfacciones, ya sea en resultados económicos como también por las ventajas de participar en la economía real.
El trabajo del día a día y de sol a sol es compensado con resultados y con la gratificación de la producción de alimentos y la generación de más trabajo. La actividad productiva de la cual y son protagonistas soporta embates, le gana al plazo fijo (y no corre riesgos de corralito) y pelea contra el dólar (y no es reperfilada).
Respecto al negocio agrícola, en la soja -nuestro principal cultivo con 1184 hectáreas- tuvimos un rendimiento excepcional por buen clima, buena elección de campos y gran trabajo profesional, pero el mercado internacional se desplomó. En girasol, el granizo nos perjudicó, pero el seguro agrícola compensó el hecho climático y reaccionamos a tiempo para resembrar con soja y obtener márgenes positivos en los lotes afectados.
Hemos cumplido con los objetivos agronómicos, con el clima de nuestra parte, a pesar del granizo y algunas lluvias extraordinarias que hicieron temer, y gracias al profesionalismo de todo el equipo y las previsiones para reducir riesgos, que nos permitieron compensar los impactos externos cambiantes.
En cuanto a la hacienda, hemos diversificado compras de hacienda en machos y hembras, logrando máxima eficiencia en calidad y precios; se incrementó la rotación y la velocidad de engorde con la terminación en feedlot y se vendieron las vaquillonas para consumo y los novillos para exportación para mejorar los precios. Estas estrategias se implementaron para compensar los aumentos de costos y el retraso de precios.
El ganadero es claramente un negocio más estable y con menor volatilidad, que mostró subas graduales luego del estancamiento de precios, pero que aún se encuentra retrasado frente a los precios de la región.
Una vez más, reafirmamos que el camino es por aquí: confiando en la economía real y participando en la producción argentina, generando trabajo y moviendo la rueda de la economía, no sólo como inversores, sino como protagonistas de la actividad productiva de nuestro país.